Historia del Agility
Historia del Agility
El Agility es una actividad de carácter deportivo que se realiza en conjunción con el perro, formando un equipo que ha de superar una serie de pruebas para lograr una clasificación en competición. El término inglés agility está aceptado internacionalmente y destaca la agilidad que tienen que tener los participantes en este deporte.
Nació en el año 1977 en Inglaterra como entretenimiento para el público en los ratos libre del Crufts Dog Show. Gustó tanto que inmediatamente comenzó a difundirse, inicialmente por el Reino Unido, y de allí a Europa y el resto del mundo. Actualmente en muchos países existe una competición reglamentada de Agility que da acceso a diferentes finales de campeonatos, tanto nacionales como internacionales.
El Agility es muy similar al deporte olímpico de equitación. Es una competición de habilidad y destreza que conjuga el trabajo conjunto del perro y su guía para superar con éxito una prueba de obstáculos bajo determinadas limitaciones de tiempo. Estos obstáculos pueden ser de muy distinta naturaleza, como por ejemplos saltos de altura y de longitud, muro, túneles, rueda, slalom, balancín, pasarela y empalizada. El juez pone una pista e indica el tiempo de recorrido estándar (TRS), el tiempo de recorrido máximo (TRM), la longitud de la pista y la velocidad que tienen que llevar para cumplirla en el tiempo previsto. El guía tiene que ir indicando a su perro el orden del recorrido de los obstáculos. Si el perro tira algún obstáculo o no toca las zonas de marca en los obstáculos de contacto (balancín, pasarela y empalizada) comete una falta, lo que equivale a una penalización de 5 puntos. Los rehúses también penalizan 5 puntos. El total de penalizaciones se obtiene al sumar los puntos por faltas, por rehúses y por superación del TRS. Si el perro supera el TRM o ejecuta un obstáculo que no le corresponde o realiza tres rehúses queda eliminado.
Existen dos formas oficiales de practicar el Agility, a través de la Real Federación Española de Caza (RFEC) y por la Real Sociedad Canina de España (RSCE) que organizan competiciones independientes, pero con normativas muy similares.
Dentro de estas competiciones existen diversas categorías y niveles según las edades del guía, condiciones y capacidades adquiridas por los binomios guía-perro, así como alturas de salto que se adaptan a la de los perros y que según RFEC o RSCE reciben diferentes nombres. A modo de resumen las alturas de salto son iguales y se fijan en 20, 30, 40, 50 y 60 cm. según la altura tenga el perro